La revisión de la directiva europea referente al etiquetado energético, aprobada en Julio del 2017 (Reglamento UE 2017/1369) destaca porque elimina la clasificación energética de electrodomésticos a la que nos estábamos acostumbrando: A+, A++ y A+++. El etiquetado volverá al sistema de ordenación anterior A, B, C, D, E, F y G porque se ha detectado que es más sencilla de comprender por los clientes y por otro lado es necesario adaptar la normativa vigente a la evolución tecnológica. Este nuevo patrón se irá implantando en las tiendas a finales del año 2019.
“Los fabricantes responden a la etiqueta energética creando e introduciendo en el mercado productos cada vez más eficientes. En paralelo, tienden a interrumpir la producción de los productos menos eficientes, estimulados a hacerlo por el Derecho de la Unión en materia de diseño ecológico. Como consecuencia de esa evolución tecnológica, la mayoría de los modelos de productos se concentran en las clases superiores de la etiqueta energética. Puede ser necesaria una diferenciación adicional de productos para permitir a los clientes comparar los productos adecuadamente, lo que implica la exigencia de reescalar las etiquetas. El presente Reglamento debe establecer por tanto mecanismos detallados para tal reescalado, a fin de garantizar a proveedores y distribuidores la máxima seguridad jurídica”. Punto 24 del Reglamento.
Los proveedores hacen esfuerzos para mejorar la eficiencia energética de los aparatos que fabrican. Nosotros como clientes ¿cómo intervenimos?. Se estima que la eficiencia energética de las familias españolas ha mejorado un 9% (entre los años 204 y 2011) . Paralelamente se estima que todavía podemos mejorar un 27% renovando los electrodomésticos y adquiriendo otros más eficientes. El potencial de ahorro estimado es de 42,9% en electrodomésticos, seguido de un 26,2% en iluminación, 25,5% calefacción y 19,5% en aire acondicionado. ¡Todavía un margen de mejora considerable!
Hay indicios que apuntan a que la Comisión Europea se plantee a introducir en las etiquetas de manera gradual y producto por producto, los aspectos de durabilidad y reparabilidad. Novedad, que en esta revisión todavía no veremos, tal como difunde la revista del sector Marrón y Blanco (revista profesional de electrodomésticos y electrónica de consumo y nuevas tecnologías) pero que supone un avance en contra de las malas prácticas en obsolescencia programada. ¡Algo se mueve!