Todo apunta a que la madera constructiva juega un papel esencial en la descarbonización de la edificación. De este tema hablamos en el último programa de “Vida Verda” (en catalán) con Pilar Sampietro. Para descarbonizar la edificación, hay que decir adiós al hormigón. Ahora mismo, sin la madera, será difícil que en el 2050 el nuevo parque de edificios no emita CO₂, el gran reto de nuestra sociedad.
La madera es un gran almacén de CO₂. El c02 lo absorbe el árbol para crecer. La madera permite encapsular el carbono durante mucho tiempo y después se puede reciclar. Si se hace una buena gestión de los bosques y se utiliza madera local reducimos mucho el consumo de energía en el transporte de materiales. Un buen mantenimiento de los bosques ayudará a reducir los incendios, fomentar la biodiversidad y cuidar el agua verde, la que filtran las hojas y da vida al bosque. Si además diseñamos buenos detalles constructivos al finalizar su vida útil podrá reutilizarse. Aquí radica la clave de la descarbonización de la edificación. No solo centrarnos en el material sino en todo el ciclo de vida del edificio: Diseño bioclimático, construcción con materiales naturales y locales y detalles constructivos que permitan la recuperación de todos los materiales para llegar al residuo 0 fomentando, la recuperación, la reutilización y el reciclaje.
Como siempre repetimos Casas como árboles y Ciudades como bosques. El diseño y la salud apunta que tenemos que ir por aquí. Cada vez se publican más estudios que demuestran lo que la Baubiologie defiende desde hace muchos años. La madera maciza reduce el ritmo cardíaco y los niveles de estrés:
“Por ejemplo, un estudio de 2012 en la Universidad de British Columbia y FPInnovations demostró que la presencia de superficies visuales de madera en una habitación redujo la activación del sistema nervioso simpático. La SNS es responsable de las respuestas de estrés fisiológico en los humanos.”
“Un número cada vez mayor de centros de salud utilizan la luz natural, las vistas de la naturaleza y la madera expuesta para crear una estética cálida y natural que apoya sus objetivos de curación. Estas mismas técnicas también se están utilizando en escuelas y oficinas para mejorar el rendimiento, la productividad y el bienestar de los ocupantes.”
Agradecer a compañeros como Manu Gayete de Biofusteria, Toni Escudé de 011H y Carlos Alonso (@abejasazules) para compartir inquietudes para poder escribir este resumen previo a la entrevista con Pilar Sampietro en “Vida Verda” (en catalán) sobre la descarbonización.
Para ser pesimista...?
- El egocentrismo: El sector de la madera está viviendo un auténtico “boom” de tal forma que ya su muchos inversionistas apuntan hacia este sector. ¿No da miedo? ¡A nosotros mucha! Porque los humanos somos unos depredadores y la batalla por quien hace el edificio más alto de madera hace años que ya ha empezado. “Empresas arquitectónicas buscan demostrar que la madera se puede utilizar como alternativa sostenible al hormigón y el acero a la hora de construir edificios de gran altura. La torre Mjøstårnet, de 85,4 metros de altura, construida el 2019 en la ciudad noruega de Brumunddal, es, a estas alturas, el edificio de madera más alto del mundo. Lo será hasta que este 2022 quede acabada la torre Ascent de Milwakee, en los Estados Unidos, con 85,5 metros de alto” Noticia de TV3 del 26/04/2022(en catalán). En Barcelona, el ganador hasta ahora es el edificio de La Borda con 6 plantas pero hay un proyecto de edificio de protección oficial de 9 plantas. ¿No creéis que la reflexión tendría que ir enfocada en cómo hacer vivienda colectiva social, inclusiva y a buen precio en lugar de quien hace el edificio más alto?
- Las trabas de la administración: Tenemos una mentalidad muy pobre. Talar un árbol es más bien un sacrilegio. Para talar un árbol todavía hacen falta muchas firmas Nos falta aprender de nuestros vecinos que nos llevan la delantera gestionando bosques. Talar un árbol en los países nórdicos no se ve como algo negativo. Más bien como una necesidad ambiental de mantenimiento de un bosque.
- Carencia de industria. No hay aserraderos de madera preparados por la envergadura de la construcción.
Para ser optimista...?
- ¡Tenemos madera! En Cataluña solo se aprovecha un 30% de la masa nueva forestal que se genera en un año. ¡Todavía hay un gran potencial!
- Tenemos madera pero… ¿es apta para la edificación? Siempre habíamos pensado que la madera de nuestro país era mala. Ingenieros ya están analizando datos para conocer las propiedades estructurales de nuestra madera. Hay que medir para conocer. Los valores obtenidos facilitaran los cálculos estructurales que nos permitirán utilizar nuestra madera.
- Empresas ejemplares. Se trata de potenciar la biodiversidad en el bosque evitando las plantaciones uniformes. Fustes Sebastia es un ejemplo de gestión forestal sostenible para obtener madera constructiva. Produce madera local con los sellos medioambientales. Según expuso en su presentación dentro del Congreso de la madera constructiva de cada 5 árboles, uno, el más honorable se deja, dos se talan y los otros dos se talarán transcurridos 25 años cuando alcancen la medida adecuada.
- ¡Ya tenemos muchos ejemplos! Se están haciendo muchas obras en madera no tan solo a nivel privado sino desde la administración. Tanto el AMB con edificios como el archivo de Ripollet, la guardería de Moncada y Reixach, como los edificios de protección oficial de Corbera de Llobregat. También el ayuntamiento con Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona está impulsando edificios en BCN con madera y el INCASOL acaba de finalizar el primer edificio en el barrio del Polvorín de BCN.