Existen utensilios de cocina de hierro, acero, fundición, acero carbono, acero inoxidable. ¿Sabemos exactamente cuál es la diferencia? ¿Están bien empleados estos términos? Nuestra experiencia evidencia que existe gran confusión. Esperamos que este texto ayude a aclarar todas las dudas. Si os quedáis con ganas de más os recomendamos visualizar este vídeo.
Las ventajas de la metalurgia (extracción del metal en mina) y siderurgia (transformación del metal en industria) para el desarrollo de nuestra sociedad son evidentes: utilizamos este metal para medios de transporte, maquinaria, utensilios de cocina, elementos de construcción, etc. Sin embargo nos gustaría recordar que el coste ambiental de producción es muy alto. Es una de las industrias con más impacto sobre el efecto invernadero.
Insistimos en la importancia de alargar la vida útil de los utensilios de cocina fabricados con estos materiales y en su reciclaje. Los materiales fabricados con estos materiales tienen una alta durabilidad que compensa estos altos costes. Está en nuestras manos realizar un uso y mantenimiento adecuado.
Metal de la tabla periódica muy abundante en la naturaleza, cuyo símbolo es el Fe. Es muy difícil encontrar hierro puro. Se extrae de rocas con altas concentraciones de hierro como la hematita, magnetita, siderita i pirita, con concentraciones mínimas de un 40% en hierro. Una vez extraída la roca de la mina se debe procesar mediante triturado para poder convertir en polvo y con la ayuda de unos imanes separar los componentes de hierro de otros minerales.
En la industria, prácticamente, no se utiliza el hierro puro sino en aleación y el elemento más utilizado es el carbono. Las diferentes proporciones en carbono nos darán productos diferentes. El hierro se transforma entonces en acero. Las materias primeras con las que están fabricados nuestros utensilios son de acero en diferentes composiciones.
El acero es una aleación de hierro y carbono. El carbono es uno de los materiales más utilizados en la metalurgia del hierro. Las aleaciones con un % de carbono igual o inferior al 1,76% se denominan acero. Con el acero podemos fabricar muchos de los productos que utilizamos a diario: desde un alfiler hasta las vigas para la construcción de la torre Eiffel.
Existen 5 clases de acero: Aceros para herramientas, inoxidables, de baja aleación ultraresistentes, aceros aleados y aceros al carbono. El 90% de los productos de acero son aceros al carbono (acero para la construcción, transporte, horquillas…)
Acero carbono es el acero puro sin otra aleación y como hemos explicado anteriormente se le llama acero carbono cuando la proporción de carbono es igual o inferior a 1,76%.
El acero inoxidable es un tipo de aleación de acero a la que se añaden proporciones de otros materiales como el níquel y el cromo. Esta aleación aporta la capacidad de resistencia a la corrosión y altas prestaciones higiénicas.
Las aleaciones de hierro y carbono con un % de carbono superior al 1,76% se denominan acero de fundición. Recordemos que en la industria, prácticamente, no se utiliza el hierro puro sino en aleación y el elemento más utilizado es el carbono. Las diferentes proporciones en carbono nos darán productos diferentes.
El hierro de fundición, también llamado arrabio, se obtiene directamente del alto horno y tiene muchas impurezas y escorias. Si se funde otra vez, se obtiene un hierro de segunda fundición, con menos impurezas, llamado hierro colado, que se emplea para estufas, cocinas… El hierro dulce, es aquel de fundición al que se le han eliminado prácticamente todas las impurezas, muy resistente y tenaz, y se emplea para objetos que deben soportar grandes tracciones, como anclas de barco, cadenas, herrajes…