“La diligencia y pericia con las que los animales fabrican sus nidos son tan firmes que no es posible hacerlo mejor que ellos. Tan enteramente superan a todos los albañiles, carpinteros y canteros, pues no hay hombre capaz de hacer una casa mejor adaptada a sus necesidades y las de sus crías que las que se construyen estos animalitos. Tan cierto es esto, de hecho, que, según el refrán los hombres pueden hacerlo todo, excepto construir nidos”.
Ambroise Paré, barbero y cirujano francés, escribió el siguiente texto en su libro “Le libre des animaux et de l’intelligence de l’homme” y nosotros lo hemos descubierto durante la lectura de Animales Arquitectos de Juhanii Pallasmaa. Libro que recomendamos, hace unos días, en la sección de Hogar Saludable del programa de Rn4 Vida Verda (en catalán) dedicado a los libros para la esperanza frente a la crisis climática.
Muchos animales residían en la tierra antes de que el Homo Sapiens hiciera su aparición. En sus soluciones encontramos muchos de los conceptos que se aplican en la bioconstrucción: Construyen con materiales naturales y de proximidad (fibras vegetales, hojas, ramas, arcilla, barro, excrementos) aplicados con una destreza e ingenio inigualables al conocimiento humano. Adaptan soluciones de ingeniería para controlar la temperatura, gestionar el agua, la humedad, ventilación y los residuos. De vez en cuando reciclan materiales de otros nidos. No malgastan los recursos ni los contaminan. Sus estructuras se integran en el medio. A veces lo modelan, pero sus impactos son medioambientalmente favorables. Son muy eficientes al reducir al mínimo, el trabajo invertido y también son eficientes en el uso de materiales, no malbaratando y despilfarrando. Incluso en ocasiones una solución tiene doble impacto positivo como en caso de la hormiga (Lasius fuliginosus) que utiliza un ingenioso sistema de refuerzo estructural para su nido que permite cobijar a su vez un huerto de hongos que proporciona alimento. Por esta razón, merecen ser nominados como los primeros bioconstructores. Además deberíamos observar, estudiar y analizar sus adaptaciones ecológicas para encontrar soluciones para nuestras arquitecturas.
Los animales arquitectos además de ser los primeros bioconstructores también serían merecedores del calificativo, los primeros neuroarquitectos Ellos si que saben construir refugios que respondan a las necesidades vitales de sus crías para que éstas crezcan con la confianza suficiente para desarrollarse y salir volando (en el caso de las aves) en completa autonomía. Por esta razón, en nuestro proyecto y talleres de Casas con alma, donde extendemos el campo de la salud, al mundo emocional, ¡nunca falta un nido!
De animales arquitectos, encontramos en todas las categorías de especies y tanto desde los protozoos hasta los primates pero sorprende que sean las construcciones de animales superiores las que se encuentren entre las menos ingeniosas de todo el mundo animal. Para pensar ¿Verdad? Generalmente nos definimos como superiores y deberíamos ser tan humildes como ellos para aprender de su espectacular tecnología que ha ido evolucionando y perfeccionándose a lo largo de la evolución.