En el último programa del año de “Vida Verda” de RNE4 (en catalán), hablamos de residuos a raíz de la publicación del Informe del Clúster sobre los residuos de la construcción, donde se expone que el sector de la construcción es el sector que más genera en Europa.
¿La arquitectura será alguna vez capaz de conseguir la nula generación de residuos? Todavía estamos lejos pero las directrices están claras. Evitar hablar de gestión de residuos para andar hacia la prevención de los mismos aplicando los criterios de la cuna a la cuna. El problema de la construcción es que sigue un modelo lineal: extracción, producción, construcción, uso y demolición. Cuando se considera que el edificio ya no es de utilidad, sus materiales se destruyen y se convierten en escombros que no dejan de acumularse. Es momento de convertir este modelo, en un modelo circular donde los desechos sustituyan, aunque sea parcialmente, los procesos masivos de extracción de materiales. Dejar de verlos como un desperdicio para empezar a concebirlos como una oportunidad como el resto de disciplinas. El edificio, como un banco de materiales.
La EU apuesta por el residuo 0 o casi 0, en el futuro, todos los materiales tendrán que ser reutilizables. Europa estudia, la propuesta de la Comisión Europea, que el 50% de los materiales que compongan un inmueble (ya sea obra nueva o rehabilitación) sean reciclados. Y En España, la Ley de Gestión de residuos y suelos contaminados para una economía circular, aprobada el pasado mes de abril, establece el objetivo de conseguir el 70% de valorización de los residuos generados por el sector de la construcción y demolición.
Para hablar de los residuos de la construcción, tendríamos que analizar todo el ciclo de vida del edificio. Para menguar los residuos, hay que plantearse la arquitectura desde su punto de partida. Antes que nada, nos tendríamos que preguntar si hace falta construir tanto. Me impresiona, y puede ser por eso he dejado de construir, que hayamos de levantar edificios cuando hay un parque inmobiliario vacío, desierto y abandonado por todo el territorio. La mejor opción para no generar residuos es NO construir, sino rehabilitar. Rehabilitar sería la opción más sensata porque alargar la vida de lo que ya existe es lo más sostenible. Lo más insostenible es hacer edificios que duren una sola vez. Demoler es lo más barato y eficiente para los inversores, pero lo más caro para el planeta.
La foto corresponde a una cocina diseñada en colaboración con Marta Estalella y construida por Martin Krug para una casa de madera en Capafonts. El mobiliario de la misma se construyó gracias a los excedentes de la madera que sobró de hacer pavimentos y otros cierres de la obra
Fase de diseño?
Plantear cuántos m² es necesario construir. Cada línea que dibujamos en el plano representa un conjunto de materiales. Diseñar con conciencia. Priorizar la compacidad, optimizar mejor el espacio para evitar espacios inútiles. Trabajar la flexibilidad, la adaptabilidad. Espacios fácilmente reconvertibles. Ahorrar movimientos de tierras, y sótanos. Plantear soluciones constructivas que permitan hacer uso de materiales locales, no muy procesados que puedan ser reciclados, reutilizados.
Fase de construcción?
Priorizar construcciones secas y mecánicas, estandarizadas para evitar las mermas, que permitan un desmontaje fácil y /o con la posibilidad de reutilizar los materiales. Uniones mecánicas y nada de colas. Valorar el prefabricado que ahorra muchos procesos en la obra. Construir con calidad para la durabilidad. El futuro indica que los edificios serán bancos de materiales.
Fase de uso?
Durante la vida útil del edificio, menguar las reformas caprichosas. Si se necesario abordar trabajos de mantenimiento, utilizar materiales naturales de bajo impacto, larga durabilidad, que no emitan sustancias tóxicas y preferiblemente de proximidad.
Fase de demolición?
Cuando acabe la vida útil, todos los componentes del edificio se tendrían que poder reutilizar. ¡Esta es la gran propuesta de las normativas europeas!