The Indoor Generation es una generación que desarrolla el 90% de su vida en espacios interiores: el trabajo, el descanso, el juego, el cine, las reuniones sociales, el flirteo, etc. ¡Muchas actividades se hacen ya desde casa! Cómo describe Elisabet Silvestre, en su libro Casa Sana, somos la generación doméstica o de interior.
Gracias a Elisabet descubrimos el vídeo The Indoor Generation que en 3 minutos resume lo que sucede en el interior de nuestros hogares. Una campaña liderada por la empresa Velux que concluye, como ya apuntan otros organismos como la OMS, que pasamos un 90% de nuestras vidas dentro de espacios interiores.
Si te ha gustado el vídeo anterior, te recomendamos otro de la misma campaña: Deja que la naturaleza entre en tu casa. Somos la generación más desconectada de la naturaleza. Recordemos que la Bioconstrucción o la Biología de la Bioconstrucción cuyo objetivo es cuidar de la salud de las personas en el medio construido, tiene como referente la naturaleza. Más información: El modelo de La Baubiologie es la naturaleza.
Los científicos ya hace tiempos que divulgan que nuestros hogares están entre 5-10 veces más contaminadas que el aire exterior a pesar de vivir en una ciudad. Con el nuevo impulso hacia la eficiencia energética estamos reforzando el concepto de casa hermética. No entra el frío pero tampoco se escapa nada. Si contaminamos el aire interior, este se queda retenido dentro y mengua la CAI (Calidad del aire interior).
En un ambiente no saludable el organismo se ve forzado a defenderse continuamente de los efectos nocivos del clima y por eso sufre síntomas de estrés, que pueden causar enfermedades crónicas, algunas de las cuales son muy comunes (alergias, asma, nerviosismo…) Las consecuencias de vivir en un espacio con una calidad del aire precaria pueden ser desde un ligero dolor de cabeza, a irritación ocular, asma, alergias y otros. Otros síntomas son la reducción de la vitamina D, el síndrome SAD (Seasonal Afective Disorder), cansancio, etc.
Recordar que interactuamos con todo aquello que nos rodea. Somos lo que comemos pero también aquello que respiramos. Es más fácil tomar conciencia de aquello que comemos porque lo vemos. El aire que respiramos, aunque nuestra vista no lo perciba, está cargado de: hongos, levaduras, virus y bacterias, partículas volátiles, polvo, fibras, partículas, PM10, PM2.5, PM1, amianto, cargas químicas: COVs, COPs, metales pesados y otros.
Ya se ha acuñado el término del Síndrome de la Casa Enferma. Cuidado con nuestros hábitos que pueden influir directamente en la CAI. A continuación, compartimos opciones sencillas y económicas para contribuir en la mejora de la CAI por si tu propósito este año es mejorar la atmósfera de tu hogar:
(Gracias Daniel Chekalov por tu foto en Unsplash)
Limpiar la casa con productos como el vinagre, bicarbonato y/o limón. Un buen aspirador con un adecuado filtro Hepa será muy interesante para no barrer el polvo tóxico de un lado de la casa a otro. Un trapo húmedo para retirar el polvo de las superficies también es muy útil. Dejaremos de contaminar nuestros hogares y el medio ambiente. Además reduciremos el gasto económico. Para más información: Limpiar sin contaminar
Adiós a los productos químicos: insecticidas, pesticidas, tratamientos por las plantas, muebles, etc. Para decir adiós a las plagas de animalitos dentro de casa: Primero limpiar muy bien los restos de comida con un buen y potente aspirador y segundo, tapar cualquier agujero por donde puedan acceder. Dos medidas fáciles y preventivas.
Dejar de fumar dentro de casa. Mejor si no usamos velas e inciensos convencionales. Alternativas: difusores de aceites esenciales y velas de ceras vegetal sin perfumes.
Controlar la humedad y la temperatura. La humedad tendría que estar entre el 40 y el 55%. La humedad alta favorece los hongos y mohos. En este caso se hace imprescindible ventilar. No secar la ropa dentro de casa. Si no hay alternativa, sería recomendable abrir una ventana que esté cerca para reducir el exceso de vapor. La humedad por debajo de 40% genera electrostática. Una temperatura del ambiente baja reduce la volatilización de componentes químicos como los COV (compuestos orgánicos volátiles) al ambiente. Para más información: Atención al moho.
Un indicador de la mala calidad del aire interior por falta de ventilación. Los síntomas de somnolencia y falta de concentración son por un exceso de CO₂ en el ambiente interior. En las escuelas, generalmenta la causa de somnolencia de los alumnos no reside en una praxis deficiente del profesor sino en la saturación del ambiente con CO2. No se tendría que sobrepasar de forma duradera los 700ppm (0,07%) de CO₂.
Abrir ventanas enfrentadas para acelerar la ventilación. Sobre todo después de cocinar y ducharnos. La ventilación dispersa los compuestos del aire. Siempre será una medida de corrección que puede llegar a ser muy económica si usamos la arquitectura pasiva en el diseño y en el uso de la vivienda. En invierno no ventilamos por miedo a perder el calor pero no hay que tener las ventanas abiertas muchas horas tan solo unos minutos en diferentes momentos del día. Un dato que nos puede ayudar en el cálculo: es necesario una renovación de aire de 50m3/h por persona (en caso de reposo o actividad ligera).
Crear un rincón con plantas purificadoras. Dejar entrar la naturaleza dentro de tu hogar. Buscar un lugar de la casa más asoleado para trabajar. Donde entra el sol no entra la enfermedad.
Desenchufar aparatos eléctricos para reducir el electrosmog. Más información: ¿Qué es el electrosmog?